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La aguja en el pajar: ¿cuáles son las claves para monitorear trayectorias educativas completas?

17 de Septiembre de 2024
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Estudiantes

Monitorear el progreso de algún o alguna estudiante por los distintos niveles educativos del Sistema Educativo Nacional (SEN) resulta tan fácil como encontrar una aguja en un pajar. A pesar de múltiples esfuerzos, México aún no cuenta con un sistema efectivo para saber en qué momento de la trayectoria educativa las y los estudiantes se encuentran con dificultades; cuándo se obtienen los mejores resultados de aprendizaje; o incluso, por qué las y los jóvenes cambian entre opciones educativas o salen del SEN —y no se trata solamente de un dato estadístico, sino del seguimiento individual de cada estudiante—.

 

A lo largo de los distintos tramos escolares, algunas entidades federativas o subsistemas hacen buenos esfuerzos, pero se encuentran dispersos y fracturados. El Sistema de Información y Gestión Educativa (SIGED), administrado por el gobierno federal, tampoco cuenta con un registro eficiente ni suficiente de los elementos necesarios para el seguimiento de aprendizajes y otros factores que arriesgan la continuidad de trayectorias educativas. Una vez más, nos enfrentamos a la falta de información y articulación que representa un problema para el acompañamiento a estudiantes, y también para la evaluación del impacto de las políticas educativas. 

 

¿Por qué es prioritario seguir las trayectorias educativas?

 

En México, el recorrido por el sistema educativo empieza tarde y termina muy temprano. Únicamente 7.1% de infantes reciben atención educativa durante sus primeros tres años de vida, y 62.4% durante la edad preescolar. Además, sólo 28 de cada 100 personas que inician sus estudios de primaria, terminan la educación superior. Es en el tramo de bachillerato donde más jóvenes dejan de estudiar; de cada 84 que ingresan, sólo 52 concluyen la media superior (IEEC-México Evalúa, 2024).

 

La interrupción de los estudios o ‘desvinculación escolar’ es el resultado de un largo proceso de desconexión entre un estudiante y el sistema educativo (Román, 2013), que puede limitar las oportunidades laborales, provocar vulnerabilidad económica y menor autonomía para desarrollarse como persona y ejercer la ciudadanía.

 

Sin embargo, no se cuenta con información completa y actualizada para identificar de manera oportuna los factores más importantes en el proceso de desvinculación de la escuela en nuestro país. La Encuesta Nacional de Acceso y Permanencia Escolar (2021) ofrece pistas sobre las razones que llevan a las y los jóvenes de 12 a 22 años a dejar de estudiar. Destacan la falta de interés o apatía por la escuela, y en algunos casos la falta de dinero o recursos. Adicionalmente, se suman elementos como bajas calificaciones, aprendizajes deficientes, repetición de cursos, inasistencia, cursar un nivel educativo fuera de la edad ideal (extraedad), entre otros eventos que van acumulándose poco a poco. 

 

Esta encuesta es clave para fundamentar el diseño de políticas públicas, al igual que otras fuentes de evidencia que sugieren, por ejemplo, que la interrupción de trayectorias educativas no es simplemente un fenómeno económico. Es cierto que la falta de recursos y las dificultades sociales asociadas son factores agravantes que contribuyen a empeorar este fenómeno. No obstante, enfocar las políticas correctivas solamente en la distribución de becas para atender las carencias monetarias es contraproducente, pues deja de lado otras variables que son igual o incluso más importantes en la desvinculación escolar (Hernández, 2023). Un enfoque tan estrecho impide visualizar todo el panorama y da fruto a iniciativas ineficientes que no logran atacar efectivamente las raíces del problema. 

 

SAASIL, una propuesta de alerta y acompañamiento

 

En el contexto de los cambios de gobierno que está viviendo México, y ante la urgencia de extender las trayectorias educativas, es indispensable que las nuevas autoridades se alleguen de información y evidencia que permitan tomar decisiones e implementar políticas pertinentes y oportunas.

 

Para contribuir a la agenda educativa, desde la Iniciativa de Educación con Equidad y Calidad, de la Escuela de Gobierno y Transformación Pública, y México Evalúa proponen: 

Un Sistema de Alerta y Acompañamiento (SAASIL) destinado a mejorar el Seguimiento de estudiantes y la Identificación de sus Logros durante sus trayectorias educativas.

Dicho sistema permitiría a las autoridades y comunidades educativas contar con una guía para la implementación de políticas preventivas, de recuperación y de acompañamiento que ayuden al estudiantado a fortalecer su vinculación con el SEN, permanecer en la escuela y completar su recorrido por todos los niveles escolares de manera satisfactoria. 

 

Para lograr estos objetivos, se plantea que el SAASIL tenga una funcionalidad dual (IEEC, 2024). En primera instancia, debe servir como un sistema de alerta temprana para identificar a estudiantes en riesgo de abandonar la escuela. Recordemos que la desvinculación —también conocida como deserción escolar— no es producto de un evento adverso que orilla a una persona a dejar sus estudios, sino de un largo proceso en el que progresivamente el o la estudiante va sintiéndose ajeno a aquello que la escuela le ofrece. 

 

Es precisamente durante este proceso de desconexión que el SAASIL debe servir para identificar “banderas rojas” que adviertan sobre el riesgo de deserción escolar. Esto daría a autoridades y actores locales (desde directivos hasta docentes, personal administrativo y familias) la oportunidad de colaborar para focalizar las medidas más efectivas de acuerdo con las necesidades de cada estudiante o el contexto de las escuelas. Por ejemplo, fortalecer aprendizajes fundamentales o atender desafíos emocionales, o bien, buscar apoyos económicos para evitar que estudiantes específicos abandonen la escuela. 

 

En segunda instancia, el SAASIL debe cumplir una función transversal como un sistema de acompañamiento. Esta dimensión se centra en el monitoreo de los logros individuales y la recopilación de buenas prácticas escolares a lo largo del país. El componente de monitoreo permitirá atender a alumnas y alumnos en riesgo de dejar la escuela y, a su vez, tener información que permita cuidar del resto del estudiantado. 

 

Evidencia y flexibilidad: ejemplos y modelos de referencia

 

En décadas previas, nuestro país experimentó este seguimiento con el Registro Nacional de Alumnos, Maestros y Escuelas (RENAME) y con el Sistema de Alerta Temprana (SisAT). El RENAME permitió adelantar los cimientos de estadística educativa que ahora se incluyen en el SIGED, aunque no logró unificar las múltiples fuentes y formatos que se utilizan en las entidades federativas para recopilar información de los actores y el contexto de las escuelas. 

 

El SisAT, por su parte, dependía de espacios de trabajo en los Consejos Técnicos Escolares en los que se recopilaban y revisaban datos académicos de educación básica; y aunque la práctica de monitoreo de indicadores continúa realizándose durante los espacios de trabajo colegiado docente, la información no permea hacia los sistemas educativos estatales o el federal para tomar decisiones conjuntas y articular acciones con otros niveles educativos.

 

SAASIL puede aprovechar los avances en la inteligencia artificial y las telecomunicaciones para homologar información, y considerar diferentes datos y la diversidad de contextos en que se mueven las y los estudiantes.

Ahora bien, reconocer la naturaleza multifacética de un problema como la desvinculación escolar es un buen inicio, pero devela otras dificultades. Si hay tantos factores por considerar, ¿cómo sopesar las acciones y una ruta efectiva para atender la problemática? 

 

Una primera estrategia para dirigir los esfuerzos de política pública es recurrir a modelos o experiencias que cuenten con evidencia de efectividad. Estos modelos deben ser factibles o posibles de implementar, y lo suficientemente flexibles para ajustarse conforme se avanza en su operación.

 

Encontramos tres ejemplos con lecciones que podrían ser recuperadas por las nuevas autoridades educativas:

 

  • La metodología ABC (Frazelle y Nagel, 2015) del National Center for Education Evaluation and Regional Assistance (NCEE) que consiste en enviar alertas a las escuelas cuando se identifican datos atípicos en alguno de tres indicadores: attendance (asistencia escolar), behavior in the classroom (conducta en el aula) y course performance (calificaciones o resultados de desempeño). Por ejemplo, se considera a un o una estudiante en peligro si presenta: inasistencia igual o mayor a 10% en un periodo, o dos faltas injustificadas consecutivas; uno o más cursos reprobados; problemas de comportamiento como suspensiones y reportes de conducta. Si algún o alguna estudiante supera estos umbrales, se implementan medidas correctivas para revincularle con el sistema. Es cierto que pueden existir otros indicadores adicionales para identificar los riesgos, por lo que la metodología permite que cada escuela pueda sumarlos a partir de su experiencia y considerando su contexto.

 

  • El modelo de seguimiento de Guatemala (Haimovich, Vázquez y Adelman, 2021), que depende de estadísticas que rutinariamente recopilan las escuelas, como códigos de identificación de estudiantes, asistencia, desempeño académico, conducta, datos demográficos, entre otros. En vez de crear nuevos indicadores, se identificaron aquellos que ya eran conocidos y manejados por directivos y docentes para facilitar la apropiación del sistema de monitoreo. Esto es fundamental para la operación correcta del modelo y evitar incrementar las cargas administrativas que ya padecen las comunidades escolares. Otra fortaleza del sistema de Guatemala es que se acompaña de sesiones de formación en las que todas las personas involucradas reciben materiales que explican la importancia de contar con datos para orientar acciones y lograr que las y los estudiantes permanezcan más y aprendan más en sus escuelas.  

 

  • Uruguay (Arias et al, 2021) probó por varios años una herramienta de seguimiento de estudiantes que hoy se basa en modelos predictivos apoyados por inteligencia artificial. Previamente incorporaron componentes tecnológicos menos complejos, como una matriculación digital única para preinscribir y monitorear estudiantes en los siguientes niveles escolares, que se fueron ajustando de acuerdo con sus hallazgos y su efectividad. 

 

Dados los cambios a los que se somete constantemente a los sistemas educativos estatales en México, nuestra estrategia de monitoreo deberá ser adaptable, y constantemente evaluada para asegurar que los datos sean útiles para cumplir su propósito final: seguir y salvaguardar las trayectorias educativas del estudiantado. Esto también implica que progresivamente se puedan incluir elementos tecnológicos para la recopilación oportuna de información como el aprendizaje automático, y así incorporar modelos que puedan analizar más datos y realizar estimaciones más certeras. En el caso nacional, el Sistema de Actuación Temprana para la Permanencia Escolar (SATPE) para la educación básica del estado de Guanajuato puede contribuir con su experiencia ya probada al respecto.

 

Una consideración final

 

La propuesta de SAASIL, que en maya significa claridad, pretende llamar la atención sobre la importancia de contar con un sistema para proteger y acompañar las trayectorias educativas del estudiantado mexicano. No solo busca atender la deserción escolar, sino también fortalecer los vínculos entre actores del SEN. El filósofo romano Séneca afirmó que, “para el que ignora el puerto al que encaminarse, ningún viento le es propicio”. Empero, ¿cómo saber a dónde dirigirse sin saber dónde se está parado? SAASIL busca acompañar el paso de todas y todos los estudiantes mexicanos por la escuela, a la vez que brinda pistas para que la autoridad reconozca cuáles apoyos y políticas necesita implementar, dentro y fuera de las comunidades escolares.

 

Los datos disponibles nos indican que la recuperación de trayectorias implica, prioritariamente, la implementación de acciones remediales y de refuerzo de aprendizajes, ayudando a que las y los estudiantes se sientan preparados para la escuela. Además, es importante la búsqueda intencionada y orientación de las y los jóvenes que han dejado la escuela.

 

La información debe ser recopilada a lo largo de toda la trayectoria educativa, desde la educación básica hasta la media superior, prestando especial atención a las transiciones críticas, por ejemplo, al egreso de secundaria o en el primer año de bachillerato donde se registra la mayor pérdida de estudiantes en el sistema educativo. Asimismo, es esencial capacitar técnicamente a los actores educativos para aprovechar un Sistema de Alerta y Acompañamiento, con el objetivo común de asegurar el derecho de todas y todos los mexicanos a #AprenderParejo.

 

*La versión original de este blog fue publicada en la Revista Nexos.

Referencias

Arias Ortiz, E., Giambruno, C., González Alarcón, N., Pérez Alfaro, M., Pombo, C., & Sánchez Ávalos, R. (2021). Camino hacia la inclusión educativa: 4 pasos para la construcción de sistemas de protección de trayectorias: Paso 2: ¿cómo diseñar sistemas de alerta temprana?: desde sistemas basados en conocimiento experto e indicadores hasta inteligencia artificial. https://doi.org/10.18235/0003707

 

Hernández, D. (2023). Los impactos de becas en tres ámbitos de la educación en México: no hay una bala de plata para todos ni para todo. https://egobiernoytp.tec.mx/es/blog/los-impactos-de-becas-en-tres-ambitos-de-la-educacion-en-mexico-no-hay-una-bala-de-plata-para

 

Frazelle, S., & Nagel, A. (2015). A practitioner’s guide to implementing early warning systems. https://files.eric.ed.gov/fulltext/ED552306.pdf

 

Guanajuato implementa el SATPE para combatir la Deserción Escolar. (2024). Gobierno Del Estado de Guanajuato. https://boletines.guanajuato.gob.mx/tag/satpe/

 

Haimovich, F., Vazquez, E., & Adelman, M. (2021). Scalable Early Warning Systems for School Dropout Prevention Evidence from a 4.000-School Randomized Controlled Trial. https://documents1.worldbank.org/curated/en/983591622568486300/pdf/Scalable-Early-Warning-Systems-for-School-Dropout-Prevention-Evidence-from-a-4-000-School-Randomized-Controlled-Trial.pdf

 

INEGI. (2021). Encuesta Nacional sobre Acceso y Permanencia en la Educación (ENAPE) 2021. En INEGI. https://www.inegi.org.mx/programas/enape/2021/

Román, M. (2013). Factores Asociados al Abandono y la Deserción Escolar en América Latina: Una mirada de conjunto. https://revistas.uam.es/reice/article/view/2896/3112

 

Iniciativa de Educación con Equidad y Calidad & México Evalúa. (2024). Aprender parejo: hacia la construcción de una agenda educativa 2024 - 2030. https://drive.google.com/file/d/1S7DjOUkXXQONuZZwiCsc763SLHUBB86R/view

 

Reyes Luscher, S.P, Salgado Delgado, J.I, & Moreno López Carasa, P. (2024). Recuperación de aprendizajes y trayectorias: Desde la primera infancia y hasta la universidad. https://aprenderparejo.mx/informes/trayectorias

 

Secretaría de Educación Pública (SEP). (2017). ¿Qué es el Sistema de Alerta Temprana? https://educacionbasica.sep.gob.mx/multimedia/RSC/BASICA/Documento/201702/201702-3-RSC-qPZqkhoxCf-sisat.pdf