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Usar la tecnología para la equidad y el desarrollo integral de adolescentes

22 de Abril de 2025
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Erick Marsán

Estudiante de la Maestría en Ciencia de Datos y Políticas Públicas del Tec de Monterrey

Introducción

 

A partir del confinamiento por la pandemia por COVID-19, el uso de tecnologías digitales en la educación se ha expandido significativamente, desde herramientas que facilitan el acceso a conocimiento hasta las que permiten la profesionalización de trabajo. La proliferación de diversas herramientas de conectividad para videollamadas desde teléfonos celulares es uno de los ejemplos más comunes. Sin embargo, también hay esfuerzos por incluir agentes de IA en Chatbots que apoyen a estudiantes a aclarar dudas y orientar en el proceso de aprendizaje (Flores y Núñez, 2024). Incluso, la incorporación de herramientas de gamificación basadas en IA para la formación técnica, que buscan impulsar la motivación, el compromiso y el desarrollo de habilidades digitales de los estudiantes (Almeida, et. al., 2019). 

 

No obstante, lejos de cumplir las expectativas de democratizar el acceso al conocimiento, esta transformación acelerada ha acentuado desigualdades sociales, afectado negativamente el rendimiento académico y deteriorando el bienestar emocional de niñas, niños y adolescentes en diversos contextos (OECD, 2021). En este contexto, es urgente identificar prácticas pedagógicas innovadoras que mitiguen estos efectos negativos y potencien los beneficios de las tecnologías conectadas. 

 

En este blog académico presento los resultados de una intervención educativa extracurricular de TalentumMx, un programa principalmente en línea, dirigido a jóvenes estudiantes de preparatorias públicas en México, cuyo diseño y ejecución ofrecen aprendizajes valiosos sobre cómo usar la tecnología educativa de manera equitativa, humana y transformadora. 

 

Este blog es parte de una investigación que fue presentada en el Congreso 2025 de la Comparative & International Education Society (CIES) en donde participó Erick Marsán, estudiante de la maestría en Ciencia de Datos y Políticas Públicas. 

 

Tecnología y exclusión: el desafío actual

 

Las expectativas de que el acceso a dispositivos y plataformas digitales resolvería las brechas educativas impuestas por la distancia y el confinamiento están siendo cuestionadas. Jóvenes estudiantes de los niveles socioeconómicos más altos desarrollan competencias digitales más sólidas gracias a una mayor exposición a las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) tanto en la escuela como en el hogar, mientras estudiantes de niveles socioeconómicos más bajos utilizan estas herramientas digitales en menor medida y con menor efectividad para el aprendizaje (González-Betancor, 2021). Además, las desigualdades estructurales —por género, clase social, ubicación geográfica— se reproducen, e incluso se agravan, en los entornos virtuales (UNESCO, 2023). 

 

Personas con acceso deficiente a internet o con dispositivos electrónicos desactualizados se ven desincentivadas a participar, pues se les complica seguir las sesiones virtuales en tiempo real. Asimismo, estudiantes de los niveles socioeconómicos bajos tienden a utilizar los dispositivos digitales con menor frecuencia para fines educativos en comparación con sus pares de NSE más altos (González-Betancor, 2021; OECD, 2015). Además, la falta de preparación docente, el diseño inadecuado de programas en línea y la carencia de acompañamiento emocional han contribuido al abandono escolar, el bajo compromiso estudiantil y una mayor sensación de aislamiento entre estudiantes (García & López, 2022). Para que estas tecnologías beneficien a todas las personas, es esencial que las herramientas y recursos tecnológicos estén disponibles de manera equitativa, evitando que solo ciertos grupos se beneficien de ellos. 

 

Adicional a las agravaciones que traen las desigualdades estructurales al aprendizaje en línea, en el aprendizaje remoto, la capacidad de expresar emociones se debilita (Demir, 2024) y la falta de una red de apoyo y la inestabilidad económica en el hogar afectan negativamente la concentración y la motivación académica, lo que disminuye la probabilidad de que estudiantes de contextos desfavorecidos participen activamente en clases en línea (González-Betancor, 2021; Limone & Toto, 2022).

 

Una complicación adicional es que estudiantes que comienzan el aprendizaje remoto con personas a las que apenas están conociendo experimentan frustración y enfrentan dificultades para desarrollar habilidades sociales (Photopoulos et al., 2022). En paralelo, estudiantes de niveles socioeconómicos bajos presentan niveles más altos de estrés y ansiedad debido a las condiciones en las que deben aprender (González-Betancor, 2021; Limone & Toto, 2022).

 

Si bien el aprendizaje en línea y las nuevas TIC tienen el potencial de transformar la educación, su implementación sin estrategias adecuadas puede reforzar las desigualdades ya existentes. La falta de acceso a dispositivos y conectividad de calidad, sumada a las diferencias en habilidades digitales entre estudiantes y docentes, puede hacer que estas herramientas solo beneficien a quienes ya cuentan con condiciones favorables. Además, sin la supervisión adecuada, muchas de estas tecnologías pueden reforzar prejuicios sociales y económicos, afectando particularmente a grupos en situación de vulnerabilidad. Para evitar que amplíen la brecha educativa, es necesario complementarla con políticas públicas que garanticen su acceso equitativo y un uso responsable, controlado y paulatino en los entornos educativos.

 

Talentum: Una respuesta innovadora

 

El programa consiste en diversas actividades, principalmente en línea, que incluyen conferencias plenarias, talleres, espacios de reflexión y discusión, mentorías en grupos pequeños junto a jóvenes líderes y el desarrollo de un proyecto social en equipos, con acompañamiento del programa y de personas tutoras. El programa tiene una duración de 16 semanas, las dos primeras con sesiones de inducción y actividades de integración y 14 semanas de desarrollo de todas las actividades. Participaron cerca de 500 estudiantes en el programa en línea. El programa incluye, también, un viaje académico de corta duración para las estudiantes de mejor desempeño, en el que reciben conferencias, talleres y actividades culturales y de integración que complementan la formación.

 

Ante este panorama, la intervención de Talentum se diseñó como una intervención educativa extracurricular enfocada en el fortalecimiento de competencias cívicas y habilidades socioemocionales de mujeres jóvenes en preparatorias públicas. Su enfoque se distingue por dos pilares fundamentales: (1) un diseño instruccional orientado a reducir desigualdades sociales y de género; y (2) un modelo de comunicación interno que favorece el vínculo humano, la seguridad emocional y la interacción frecuente y significativa entre participantes y facilitadores.

 

Claves del éxito del programa

 

La tasa de finalización del programa (60% en su última edición) contrasta notablemente con los promedios observados en programas en línea (15%) y en programas centrados en el estudiante (36%) (Means et al., 2014). Este resultado se explica, en gran medida, por la cuidadosa atención al diseño pedagógico, la estructura organizativa y la cultura institucional del programa. A continuación, se describen los componentes más relevantes del modelo:

 

1. Planificación detallada para atender desigualdades

Desde su concepción, la intervención asumió como punto de partida que las participantes enfrentan condiciones desiguales de tiempo, conectividad, responsabilidades familiares y conocimientos previos. Por ello, implementó estrategias como:

  • Tutorías programadas en horarios flexibles.

  • Participación asincrónica en sesiones plenarias.

  • Diseño tecnológico de bajo consumo de datos.

  • Actividades pedagógicas que contextualizan el aprendizaje desde el inicio.

  • Comunicación individualizada para resolver dudas y apoyar emocionalmente a quienes lo necesiten.

Estas estrategias han permitido una inclusión efectiva de jóvenes que tradicionalmente quedan fuera de programas de alto rendimiento o prestigio académico. Así como ha permitido conectar a personas de diversas partes de México que difícilmente se conocerían e interactuarían en otras condiciones.

 

2. Seguridad emocional y construcción de confianza

Los primeros encuentros del programa están diseñados para crear un entorno de seguridad emocional y confianza mutua. Mediante dinámicas de presentación, ejercicios de escucha activa y actividades de autorreflexión, se propicia un espacio donde las participantes pueden hablar abiertamente sobre temas sensibles como la violencia doméstica, la depresión o el embarazo adolescente. Adicionalmente, se busca apoyar especialmente a estudiantes que enfrentan dificultades, a través de brindarles auriculares para facilitar su incorporación a las sesiones virtuales o brindarles datos celulares para que puedan mantener una conexión estable sin preocupaciones. Esta apertura resulta clave para el desarrollo socioemocional y para el establecimiento de vínculos afectivos genuinos (Cassidy et al., 2019).

 

3. Tutoría personalizada por pares universitarios

Cada estudiante trabaja semanalmente en pequeños grupos con una tutora universitaria o recién egresada de licenciatura. Esta cercanía generacional facilita la identificación, la motivación y el sentido de pertenencia. Las tutoras, además de guiar el aprendizaje, se convierten en modelos positivos y referentes de posibilidad, especialmente valiosos para jóvenes en contextos de vulnerabilidad social.

 

4. Desarrollo de proyectos comunitarios en equipos a distancia

Uno de los ejes centrales del programa es la elaboración e implementación de soluciones innovadora a problemáticas reales en las comunidades de las participantes. Estos proyectos fomentan la colaboración, el diálogo, la resolución pacífica de conflictos y la toma de decisiones colectivas. Al mismo tiempo, desarrollan habilidades como la expresión oral, la argumentación y el pensamiento crítico, mientras fortalecen la autoeficacia y el sentido de agencia de las jóvenes dentro de sus comunidades (Hart, 1992).

 

5. Encuentro presencial académico final

Las participantes con mejor desempeño son invitadas a una jornada presencial académica. Este encuentro representa un reconocimiento al esfuerzo, promueve el cierre emocional del programa y facilita la creación de redes interpersonales sólidas. Además, refuerza los aprendizajes y consolida una comunidad de mujeres jóvenes empoderadas y comprometidas con el cambio social.

 

6. Modelo de comunicación centrado en el trato humano

A lo largo del programa, se prioriza la comunicación personalizada y constante entre estudiantes, tutoras e instructores. Esta práctica ayuda a reducir los sentimientos de invisibilidad, adultocentrismo, desconexión y soledad que suelen acompañar a las experiencias educativas en línea. La interacción frecuente permite ajustar el acompañamiento pedagógico y emocional según las necesidades particulares de cada estudiante.

 

Evaluación de resultados

 

El programa se evaluó a través de métodos cuantitativos y cualitativos que midieron asistencia, participación, aprendizajes en habilidades socioemocionales y competencias cívicas. Los datos muestran mejoras significativas en la autoestima, la empatía, la expresión de emociones, la resolución de conflictos y el interés por la participación social. Además, se observó un aumento generalizado en el sentido de bienestar personal y pertenencia.

Estas mejoras no se deben únicamente a la tecnología utilizada, sino al enfoque pedagógico sensible y centrado en el desarrollo integral de las personas. 

 

Conclusiones

 

La intervención demuestra que es posible diseñar programas en línea que promuevan aprendizajes profundos, inclusión social y equidad de género, incluso en contextos adversos. Para ello, es indispensable incorporar de manera intencional estrategias pedagógicas y comunicativas que respondan a las necesidades reales de las y los estudiantes y que, combinadas con los recursos y herramientas tecnológicas, permitan ampliar el alcance y potenciar los resultados.

 

En el marco de una sociedad digital, es urgente repensar la educación desde una perspectiva ética, humana y transformadora. Esta intervención, y muchas otras que se presentaron en el congreso 2025 de CIES el pasado marzo, nos recuerdan que la tecnología puede ser una herramienta poderosa para la equidad y el desarrollo y liderazgo sociales, siempre que se utilice con sensibilidad, creatividad y compromiso.

 

Referencias
  1. Almeida, R., Sánchez, J., & Gómez, L. (2019). Gamificación y aprendizaje técnico con herramientas basadas en inteligencia artificial. Veritas. Revista de Filosofía y Teología, 43(2), 88–104. https://revistaveritas.org/index.php/veritas/article/download/52/103/425

  2. Cassidy, W., Faucher, C., & Jackson, M. (2019). The dark side of digital technology: The impact of social media on mental health. Journal of Youth Studies, 22(10), 1339-1355.

  3. Darling-Hammond, L., Flook, L., Cook-Harvey, C., Barron, B., & Osher, D. (2020). Educating the Whole Child: Improving School Climate to Support Student Success. Learning Policy Institute.

  4. Demir, Z. (2024). Students' barriers and emotional presence in online learning: A canonical correlation analysis. Sakarya University Journal of Education, 14(1), 113-124. 

  5. Flores, J., & Nuñez, A. (2024). Aplicación de inteligencia artificial en la educación. Veritas. Revista de Filosofía y Teología, 48(1), 55–70. https://revistaveritas.org/index.php/veritas/article/view/52

  6. García, A., & López, M. (2022). Retos de la educación virtual en contextos de pobreza en América Latina. Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva, 16(1), 75-94.

  7. González-Betancor, S. M., López-Puig, A. J., & Cardenal, M. E. (2021). Digital inequality at home: The school as compensatory agent. Computers & Education, 168, 104195. https://www.researchgate.net/publication/350443884_Digital_inequality_at_home_The_school_as_compensatory_agent

  8. Hart, R. (1992). Children’s Participation: From Tokenism to Citizenship. UNICEF Innocenti Essays.

  9. Limone, P., & Toto, G. A. (2022). Factors that predispose undergraduates to mental issues: A cumulative literature review for future research perspectives. Frontiers in Public Health, 10, 831349.