Complejidad integrativa: una forma de medir la estructura de nuestro pensamiento
22 de Noviembre de 2023Edmundo Molina
Profesor-investigador
Alejandra Mitzi Castellón Flores
Investigadora asociada
La forma en la que estructuramos nuestro pensamiento puede depender de diversos factores, como del tema y lo importante que éste sea para nosotros, lapersonalidad, forma de pensar, habilidades de buscar información y relacionarla, etcétera. Sin embargo, la manera en la que se estructura el pensamiento es única y la forma en la que se estructura puede medirse; esa medida brinda información a nivel cognitivo y sobre cómo estructuramos el pensamiento.
La complejidad integrativa (CI) es una medida que parte de la toma de decisiones ante un contexto específico y del procesamiento de información, lo que subyace a un factor de interés para la investigación relacionada con la toma de decisiones (Sueldfeld y Tetlock, 1977; Sueldfeld y Bluck, 1988). Es decir, la CI mide la estructura del pensamiento, pero no el contenido; en otras palabras, se mide cómo piensan las personas, no qué piensan.
Por ejemplo, consideremos una situación simple en la que dos amigos tratan de decidir sobre comprar una paleta de fresa en una u otra paletería, y se presentan los siguientes argumentos. Amigo 1: “A mi me gusta la paletería de la esquina porque siempre compro ahí”. Amigo 2: “Para elegir la paletería correcta debemos considerar que en la de la esquina el precio es bueno, pero el sabor y calidad de las paletas no; mientras que en la paletería del parque el sabor y la calidad son excelentes, además de que las paletas son frescas y saludables”.
De acuerdo con los ejemplos anteriores, sería sencillo comparar las opiniones y la estructura del pensamiento de cada uno de los dos amigos. Asimismo, a partir de ello es posible establecer que ambos tienen dos personalidades distintas y diferentes aspectos que les resultan más o menos importantes.
El concepto de CI se fundamenta en dos complementos de procesamiento de información: el primero es el de percibir diferentes posibilidades o dimensiones con respecto a un problema; el segundo, el desarrollo de conexiones conceptuales entre las posibilidades o dimensiones (Driver y Streufert, 1969). Por lo que se pueden establecer puntuaciones que van de 1 a 7, en las que las puntuaciones cercanas a 1 indican poca complejidad en la estructura del pensamiento; mientras que las cercanas a 7 refieren un pensamiento estructurado de manera más compleja (Sueldfeld y Tetlock, 1977).
De este modo, se ha establecido el Modelo de administrador cognitivo, que establece que entre más complejo es la estructura del pensamiento, más recursos cognitivos se requieren, pues es necesario buscar información, evaluar planes y estructurar la información (Driver y Streufert, 1969). Mientras que un pensamiento menos complejo requiere de una menor planeación, no tanta estructuración de información, así como poca búsqueda de datos.
Sin embargo, esto puede cambiar de persona a persona y también dependiendo de las situaciones que se presenten, pues será diferente la complejidad en la estructura del pensamiento para escoger la ropa que ponernos, en contraposición a comprar una casa o un departamento.
Así, la CI es una medida que puede emplearse para revisar cómo las personas estructuran su pensamiento y cómo es que a partir de ello emplean diversas estrategias o recursos cognitivos. Las puntuaciones requieren de un breve análisis en el que se debe determinar a qué puntuación pertenece determinado texto.
A continuación, abordaremos un poco sobre cómo es posible medir la CI y qué aspectos se deben considerar para su análisis. En primer lugar, cabe mencionar que del rango de 7 puntuaciones, aquellas que son números pares (2, 4 y 6) se consideran como puntuaciones intermedias, es decir aquellas en las que no queda claro si es posible o no asignar una puntuación directa.
La puntuación 1 percibe una sola perspectiva como legítima, esto es que una sola idea o enfoque se considera como el adecuado o correcto. Por ejemplo: “Los muebles son caros, porque hay pocos artesanos que los hacen”.
La puntuación 2 (intermedia) muestra una diferenciación, pero no se desarrolla ni se brindan posibles interpretaciones o posibilidades. Por ejemplo: “Los muebles son caros y tienen poca demanda, porque hay pocos artesanos”.
La puntuación 3, en cambio, reconoce dos causas independientes que inciden en una situación y aunque no hay integración de los conceptos sí se presentan las condiciones en las que se presentan las condiciones. Por ejemplo: “Los muebles son caros en parte porque hay pocos artesanos y en parte porque algunas personas no aprecian el trabajo”.
La puntuación 4 presenta un segundo elemento de integración, intenta adicionar posibilidades diferentes, e incluso contradictorias. Por ejemplo: “Los muebles son caros porque hay pocos artesanos, poca variabilidad en los productos, e interviene la voluntad de los consumidores de comprar dichos productos”.
La puntuación 5 marca un proceso claro de integración, en la que interactúan algunos procesos que inciden en la situación y los establece como factores independientes. Se plantean alternativas que pueden combinarse para producir un resultado. Ejemplo: “El valor de los muebles se determina por la voluntad de los proveedores de producir los productos con variabilidad de costos y la decisión de los compradores de comprar a precios variables. Por esto, se genera una intersección de oferta y demanda”.
La puntuación 6 genera esquemas en los que pueden participar los posibles factores independientes en lo que se relaciona el tema, las alternativas son dinámicas y se establecen procesos en la integración. Ejemplo: “El costo de los muebles se determina por la voluntad de los proveedores de producir productos a precios variables, y la decisión de los compradores de comprar esos productos. En términos técnicos el precio es la intersección de la oferta y la demanda. Muchos factores afectan exactamente donde esa intersección.”
Finalmente, la puntuación 7 se presenta un principio general o perspectiva perteneciente a la naturaleza de la relación o conexión entre alternativas; las alternativas son claras y se describen con un detalle razonable; por lo que se establecen fuerzas causales, vínculos e interdependencias.
Ejemplo: “El valor de mercado de los muebles hechos a mano se determina conjuntamente por la voluntad de los proveedores de producir tales productos a diferentes precios y la disposición de los compradores a comprar dichos productos a precios variables. En términos técnicos, el precio es la intersección de la oferta y la demanda. Muchos factores afectan exactamente donde esa intersección. Por ejemplo, en períodos de recesión económica, la demanda cae bruscamente porque la gente recurre a menos formas estéticamente atractivas, pero más funcionales de muebles; por lo que muchos artesanos se quedan sin trabajo. En periodos de prosperidad, surge el patrón opuesto de preferencias. El resultado puede ser una costosa guerra de ofertas por productos artesanales. Sin embargo, los mercados suelen volver al equilibrio: ya sea como resultado de la escasez que empuja los precios hacia arriba, y haciendo que sea más rentable para los artesanos volver al trabajo, o como resultado de los altos precios, que obligan a los compradores a salir del mercado y reducir la demanda agregada”.
No obstante, algunos aspectos que se deben considerar es que la CI no se mide a partir de la cantidad de texto que se tenga, sino que más bien de cómo se está estructurando el tema a desarrollar, por lo que pueden existir textos cortos con altos niveles de CI y viceversa, pueden existir textos cortos, con muy bajo nivel. Por lo que la estructura no depende de la cantidad de texto, sino que la CI depende del tipo y calidad de estructura de la información presentada.
Así, la CI es una medida que nos da indicios de nuestra personalidad, pero también de la manera en la que se abstrae el pensamiento y se procesa la información; así como la relevancia que algunos temas pueden tener para una u otras personas, lo que sin duda se vincula con la forma en la que tomamos decisiones.
Driver, M. J., & Streufert, S. (1969). Integrative Complexity: An Approach to Individuals and Groups as Information-Processing Systems. Administrative Science Quarterly, 14(2), 272–285. https://doi.org/10.2307/2391105
Suedfeld, P., & Bluck, S. (1988). Changes in Integrative Complexity Prior to Surprise Attacks. Journal of Conflict Resolution, 32(4), 626-635. https://doi.org/10.1177/0022002788032004002
Suedfeld, P., & Tetlock, P. (1977). Integrative Complexity of Communications in International Crises. Journal of Conflict Resolution, 21(1), 169-184. https://doi.org/10.1177/002200277702100108